LOS PARLAMENTARIOS UNEN FUERZAS A NIVEL MUNDIAL PARA AVANZAR EN EL TRATADO PANDÉMICO

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Legisladores de dos docenas de países desde Argentina a Tanzania, convocados por la Red Mundial de Parlamentarios para la Salud Global, UNITE, acordaron acciones conjuntas para impulsar la aprobación del nuevo Tratado Pandémico que será la prioridad de la OMS en los próximos años y revertir el deterioro de las libertades civiles durante el confinamiento que dejó la pandemia.

Los parlamentarios compartieron objetivos durante la reciente Cumbre Mundial de la Salud en cuyo transcurso se firmó un protocolo de entendimiento y colaboración entre la OMS y la red UNITE.

El nuevo Tratado Pandémico deberá ser ratificado por los 194 estados miembros de la OMS para que realmente entre en funcionamiento. Y eso significa un acuerdo sobre los principios del tratado por parte de las decenas de miles de políticos de todo el mundo electos que representan los puntos de vista muy diversos y a menudo contradictorios de sus electores sobre los objetivos y prioridades de salud global.

"Tenemos mucho trabajo por delante y el papel de los parlamentarios es crítico", resumió el parlamentario portugués Ricardo Baptista Leite, hacedor y presidente de UNITE.

"Necesitamos asegurarnos de que este tratado, convención o acuerdo legal pandémico no se componga en pasillos y luego se imponga a la gente, sino que en realidad sea algo construido desde la gente, para la gente”, declaró a Health Policy Watch.

"Creo que esta es una gran oportunidad para que trabajemos junto con la Organización Mundial de la Salud para lograr este ambicioso objetivo", reforzó el médico y legislador portugués.

Si bien UNITE es una red parlamentaria relativamente nueva, y pequeña en comparación con grupos como la Unión Interparlamentaria (UIP), que incluye decenas de miles de miembros en todo el mundo, su valor agregado es su enfoque en la salud global y el reconocimiento por parte de la OMS puede facilitar las colaboraciones para llegar más directamente a los parlamentarios de todo el mundo y revertir el deterioro de las libertades civiles que provocó la pandemia.

"El estado de la democracia y los derechos humanos en más de 80 países se deterioró durante la pandemia", afirmó la parlamentaria georgiana Mariam Jashi, citando una investigación del grupo de vigilancia Freedom House.

"Muchos países, especialmente en países de ingresos bajos y medios, no han involucrado a líderes políticos de la oposición o expertos en salud pública o diferentes partidos políticos en las discusiones sobre las medidas de restricción”, cuestionó.

Jashi y otros parlamentarios remarcaron “el desafío de involucrar a los políticos electos en el proceso es aún más urgente a la luz de las sensibilidades hacia los electores políticos, que salieron de la crisis desconfiados y quemados por la pérdida de libertades básicas durante los confinamientos, y del gobierno en general”.

"Algunas de las medidas no se basaron en evidencias... Y en nombre de la lucha contra la pandemia, desafortunadamente hemos visto diferentes niveles de manipulación política. Por lo tanto, tenemos que considerar esos desafíos al diseñar el nuevo tratado mundial para la pandemia, la preparación, la prevención y la respuesta. ¿Y cuál podría ser el papel de los parlamentarios?", preguntó.

"Definitivamente podemos llevar la discusión del borrador oficial de negociación a los parlamentos. Tenemos que facilitar debates no partidistas en torno al tratado; Tenemos que asegurarnos de que todas las partes estén representadas durante el diálogo y las discusiones. Eso puede traer una mejor propiedad”, vislumbró.

Proporcionar financiamiento para implementar el tratado también será clave, como la zanahoria que acompaña al palo de cualquier medida de cumplimiento más estricta en la alerta y en consecuencia “también tenemos que asegurarnos de que no solo adoptemos un documento muy completo, sino que realmente proporcionemos herramientas e instrumentos concretos a los países para implementar esas regulaciones", afirmó Jashi.

"Podemos empoderar a la OMS y potenciar la implementación de las recomendaciones de salud mundial vinculando el financiamiento de las instituciones financieras internacionales con evaluaciones basadas en el desempeño, de cómo observan las regulaciones de salud global", completó.

Neema Lugangira, miembro del parlamento de Tanzania, también citó la necesidad de desarrollar más alfabetización en salud entre los políticos electos.

"Durante la pandemia, muchos esfuerzos (de divulgación) y enfoque se orientaron a los profesionales de la salud, pero nos olvidamos del poder que tienen los parlamentarios para distorsionar todo lo que dicen los profesionales de la salud", observó.

"Entonces, en este tratado pandémico global que se está proponiendo, debemos ser proactivos en involucrar a los parlamentarios para capacitarnos para comprender”, propuso.

Lugangira describió sus propias dificultades para enfrentarse a nuevos conceptos y términos que nunca fueron explicados:

¨Vi esto como un punto débil. Como político, no es muy fácil obtener una comprensión clara de temas como el ARNm y las vacunas de ADN. Y si no obtienes una comprensión clara, entonces no te comunicarás de manera efectiva con las personas que estás liderando”.

"Entonces, en este tratado pandémico global que se está proponiendo, tenemos que ser proactivos con los parlamentos, involucrándolos y reconociendo la importancia del desarrollo de capacidades para los parlamentarios, que los parlamentarios son socios en el proceso".

Por lo general, cuando la OMS propone nuevas políticas mundiales de salud, "es muy común que las discusiones sean con los gobiernos, es decir, los ministerios respectivos, pero no necesariamente con el parlamento", lamentó.

"Y luego, de repente, como parlamentarios, se espera que usemos ese documento, para defenderlo, para abogar por él, pero no estuvimos involucrados en el proceso”, contrastó.

"Así que es muy importante ... asegurarnos de que estamos involucrados al comienzo del proceso. – ¿Cómo podemos llevar esto ahora de un nivel global a nuestros parlamentos nacionales? ̈”, se preguntó.

Otro tema de preocupación es la percepción en los países de ingresos bajos y medianos de que el acuerdo legal propuesto se diseñará en gran medida para satisfacer las necesidades del norte global.

Los políticos y las voces en el norte han tendido a enfatizar un conjunto de prioridades centradas en la necesidad de una alerta, notificación y respuestas más rápidas ante un brote  como el que surgió en Wuhan a fines de 2019.

Por el contrario, los políticos y defensores de los países en desarrollo subrayan la necesidad de un acceso más equitativo a los medicamentos y sistemas de salud más sólidos para hacer frente a las amenazas emergentes y garantizar mejores respuestas.

"Esto es algo sobre lo que tenemos que ser muy sinceros y cuidadosos", advirtió Lugangira. “Porque a veces lo que funciona en Europa o en Estados Unidos o en Canadá, o en Australia, puede no funcionar en África. Y lo que funciona en Sudáfrica puede no funcionar en Tanzania”, ejemplificó.

̈El tratado global debe incluirnos, desde el sur global en las discusiones. Si esto no se aborda, puede terminar siendo un tratado pandémico del norte global que luego es una directiva para nosotros desde el sur global”, alertó sobre lo que vendrá.

“La clave de ese sentido de equilibrio es la equidad en el acceso no solo a la atención médica y los productos de salud, sino también a la capacidad de usarlos”, enfatizó Lugangira.

La parlamentaria de Tanzania señaló que “en las primeras etapas de la crisis, la distribución de vacunas por parte de los países ricos a los vecinos más pobres parecía ser principalmente una hoja de parra, "marcar una casilla". Pero a medida que pasaba el tiempo, había un creciente reconocimiento incluso en las economías más fuertes de que no podían comprar su salida de la pandemia solos”.

"Estamos juntos en esto, y de alguna manera creo que Dios de alguna manera hizo que el norte global se diera cuenta de que, si todos los sistemas no son lo suficientemente fuertes, no eres fuerte”, reforzó.

Garantizar una financiación adecuada, así como la "inclusión digital" de los países en desarrollo en un futuro acuerdo es fundamental para crear un escenario de beneficio mutuo en el futuro, aseveraron los legisladores.

"Durante la pandemia, hubo un gran esfuerzo para asegurarnos de que, por ejemplo, estábamos registrando el número de personas vacunadas. Pero para que eso funcione de manera efectiva, necesitamos inclusión digital”, afirmaron.

En relación con esta premisa, “implementar este tratado mundial sobre pandemias requiere financiamiento. ¿Habrá esa financiación disponible? ¿O nos vamos a encontrar de nuevo en la misma situación de privilegio versus no privilegio? ̈”, interrogaron sobre el futuro.

Los panelistas destacaron que reconocer los vínculos entre la salud y las preocupaciones sociales más amplias, desde la nutrición hasta la igualdad de género, también ayudará a allanar el camino para una aceptación más amplia de los parlamentarios de cualquier eventual tratado.

La ex diputada nacional argentina Gisela Scaglia, figuró entre quienes propusieron que la igualdad de género debe integrarse en un acuerdo pandémico.

"Las mujeres y los niños fueron las poblaciones más vulnerables durante la pandemia", dijo Gisela Scaglia, diputada santafesina del PRO hasta el año pasado.

“Las mujeres sufrieron las consecuencias del aislamiento. Vieron sus derechos restringidos y aumentó la violencia contra ellos. Se restringió el acceso a la anticoncepción. Sufrieron las consecuencias de una pandemia que priva a las mujeres del acceso a sus chequeos médicos de rutina”, enumeró la legisladora argentina.

"Hoy en día podemos ver un aumento de muchas enfermedades no transmisibles, como el cáncer de mama, debido a la ausencia de controles durante los dos años o más", agregó Scaglia, concluyendo que "deberíamos incluir como prioridad la igualdad de género”.

"Finalmente, no podemos enfrentar la próxima pandemia con restricciones a la educación", agregó la legisladora argentina. "En mi país, durante dos años, las escuelas estuvieron cerradas. El gobierno intentó hacer educación virtual, pero fue un desastre... La brecha entre las personas con conectividad y acceso a la tecnología, y las personas sin ella, era grande. Y esta fue una gran desigualdad", aseveró.

Los comentarios ilustran cómo el vínculo del acuerdo pandémico con preocupaciones más amplias sobre el bienestar puede garantizar que los políticos aprecien los beneficios de un tratado y se alineen con sus objetivos y metas, propuso Roland Göhde, de la Alianza Alemana de Salud (GHA), que copatrocinó la sesión con UNITE.

"Con todos sus roles y responsabilidades, los parlamentarios están en el centro de los procesos en pilares muy específicos que brindan atención médica, justicia, equidad, apoyo económico, educación, y en la intersección, con sobreventas, áreas de interconexión e interacción", señaló.

“Más que nunca, el liderazgo político debe centrarse en estrategias sistémicas desde una perspectiva holística", agregó Gohde.

"Exactamente por esta razón, el establecimiento en los foros internacionales de salud global, de un grupo de trabajo dedicado de doce asambleas y redes parlamentarias diversas en todo el mundo, solo puede verse y aceptarse como un hito verdaderamente muy significativo", completó el legislador alemán.