Los países “se apiñaron en las protestas políticas, retrasaron las elecciones, promulgaron restricciones abusivas y arrestaron a miembros de poblaciones marginadas, todo en nombre de COVID, denunció el profesor Lawrence Gostin, miembro del Panel independiente para una Convención de Salud Global.

Al mismo tiempo, “hubo apartheid de vacunas, ya que las poblaciones en Estados Unidos, Europa y otros países de altos ingresos estaban protegidas y muchos otros se quedaron atrás, en África y otros países de bajos ingresos", comparó Gostin.

"Todos los aspectos de la respuesta a COVID-19, desde los orígenes de la pandemia en Wuhan hasta la actual estrategia Zero-COVID de China, han tenido severas restricciones a los derechos humanos", remarcó Lawrence Gostin, durante su  reciente exposición en la Cumbre Global UNITE, flamante organización de parlamentarios de la salud de todo el mundo. (Parliamentarians for Global Health).

Gostin pidió a los parlamentarios que tomen un "momento de reflexión sobre el indecible sufrimiento humano” que resultó de la pandemia.

"No son solo los millones de vidas perdidas o los billones de dólares perdidos", dijo Gostin, "sino la vasta privación de libertad, la discriminación nociva y la erosión de los ideales democráticos".

Gostin reflexionó cómo, en los primeros días de la pandemia en Wuhan, había "poca transparencia total" en términos de informar el brote a la palabra. Incluso la transferencia de la secuencia genómica del virus llegó "algo tarde".

"Hubo una represión contra los manifestantes y particularmente contra un valiente médico denunciante que luego murió en Wuhan", recordó Gostin.

Países desde Egipto y Rusia hasta Venezuela, Madagascar y Bangladesh “amenazaron los derechos civiles o políticos de sus ciudadanos, violando el derecho a la libertad de expresión y el acceso a información precisa de periodistas y trabajadores de la salud”, afirmó.

"Todos recordamos la lucha inicial por las pruebas de diagnóstico, el equipo de protección personal y los ventiladores", mencionó Gostin.

"Pero la indignación mundial debería haber alcanzado su punto máximo cuando los más vulnerables del mundo no pudieron recibir vacunas", subrayó.

En junio de 2021, según Gostin, un tercio de las personas en los países ricos estaban completamente vacunadas, mientras que solo el 0,2% de las personas en los países de bajos ingresos recibieron dos vacunas. El mecanismo COVAX nunca obtuvo los fondos que necesitaba para garantizar la vacunación completa ni pudo obtener las dosis de vacunas que necesitaba.

"Hoy en día, estas desigualdades se manifiestan en terapias antivirales como Paxlovid", continuó Gostin.

"La pandemia de COVID-19 ha repercutido en otras esferas, con niveles de vida más bajos, personas empujadas a la pobreza absoluta, educación y nutrición inadecuadas, todo exacerbado ahora debido a la crisis de Ucrania", enumeró.

"En esencia, los derechos humanos tienen que ver con la dignidad humana", concluyó Gostin. "Ahora nos corresponde honrar ... las vidas de todas las personas perjudicadas por estas violaciones al emprender reformas transformadoras en la salud mundial, la seguridad de los derechos humanos y la inequidad para que cuando llegue la próxima crisis, al menos reafirmemos el principio fundamental de la dignidad humana que surgió después de la Segunda Guerra Mundial", completó.