LA PRESION CONTRA COLOMBIA RESULTO UN TIRO EN EL PIE

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Quince legisladores estadounidenses reaccionaron indignados a las presiones que desde el propio Senado de Washington se ejercieron contra el gobierno de Colombia por la licencia obligatoria del imatinib (Gleevec o Glivec) y lo que fue un respaldo explícito para Novartis, se convirtió en un tiro en el pie.

En una carta dirigida al embajador Michael Froman, a cargo de la Oficina de Comercio Exterior (USTR) los legisladores no solo expresaron su malestar por la presión del Comité de Finanzas del Senado contra el gobierno colombiano, sino que además alertaron que el precio de los medicamentos también afecta a los norteamericanos.
“Le escribimos para expresar nuestra seria preocupación de que los funcionarios (estadounidenses) pueden haber desalentado a funcionarios del gobierno colombiano de emitir una licencia obligatoria de Gleevec”, sostiene la carta.
La misiva es encabezada por el demócrata Sander Levin, presidente de la comisión bicameral The United States House of Representatives del Congreso de Estados Unidos.
Los legisladores se mostraron contrariados por las amenazas que la Comisión de Finanzas del Senado norteamericano envió al gobierno colombiano a través de su embajada en Washington.
Con un mensaje descarnado, el vocero de la comisión aseguró que el gobierno estadounidense cancelaría una ayuda de 450 millones de dólares prometida por el presidente Barack Obama, si se extendía en Colombia una licencia obligatoria de imatinib, una medida adoptada por el Ministerio de Salud porque la multinacional Novartis no quiso negociar un precio accesible.
A contramano de las presiones del Senado, los legisladores le recordaron a Froman que los funcionarios de Estados Unidos “deben respetar las flexibilidades concedidas a los países” en virtud de los acuerdos de la OMC, en particular la Declaración de Doha de 2001.
“Hay una creciente preocupación por los muy altos y crecientes costos de los productos farmacéuticos en Estados Unidos y otras naciones”, advirtieron los legisladores.
También pidieron que “a medida que los políticos luchan por hacer frente a este problema” resulta contradictorio “tratar de limitar las existentes y acordadas flexibilidades” en materia de patentes, porque “las autoridades de salud pública tiene que hacer frente a estas preocupaciones”.
Simultáneamente, el sitio especializado opensecrets.org, reveló que el senador republicano Orrin Hactch, miembro relevante del Comité de Finanzas del Senado que amenazó a Colombia, recibió donaciones por 600 mil dólares de la industria farmacéutica y que Novartis fue el segundo donante a sus campañas entre las empresas aportantes.
El  asesor del senador Hatch, Everett Eissenstat, fue quien personalmente advirtió a la Embajada de Colombia en Washington con dejar al país bajo “tratamiento especial” si Novartis perdía la exclusividad de Glivec en ese país.
Eissentat además aseguró que “si el Ministerio de Salud no corrige esta situación, la industria farmacéutica en EEUU y los grupos de interés relacionados podrían llegar a ser muy vocales e interferir con otros intereses que pudiera tener Colombia en EEUU”.