LÍDERES Y EXPERTOS MUNDIALES PIDEN QUE LA VACUNA COVID SEA UN BIEN PÚBLICO, PERO AL MISMO TIEMPO CRECE EL ESCEPTICISMO DE CONSEGUIR LA ASEQUIBILIDAD GLOBAL
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Desde foros internacionales y latinoamericanos, expertos en propiedad intelectual y funcionarios de organismo de salud global, reiteraron que se debe garantizar que la vacuna COVID 19 sea de acceso equitativo para todas las regiones del planeta. Sin embargo, hay evidencias que anticipan un escenario muy diferente.
La ugandesa Winnie Byanyima de ONUSIDA, el colombiano Germán Velásquez de South Centre y la estadounidense Suerie Moon de Global Health Center, fueron algunos de quienes reclamaron el acceso equitativo a las futuras vacunas COVID, incluso declarándolas, de ser necesario, como un “bien público” global.
Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA, sostuvo que las futura vacunas COVID 19 deben ser “un bien público” y que las empresas farmacéuticas “deben compartir abiertamente sus conocimientos y tecnologías para producir esas vacunas en lugar de mantener monopolios de mercado”.
“Los impulsores más importantes del cambio durante la epidemia del sida no fueron los que tenían autoridad, sino los más afectados, que pueden aportar conocimientos, innovaciones prácticas y la verdad necesaria para guiar a los líderes y países hacia adelante”, agregó Winnie Byanyima, comparando que para repetir la experiencia “los gobiernos deben reconocer que las pruebas y tratamientos de la vacuna COVID-19 son bienes públicos”.
Byanyima, durante la reciente Cumbre Mundial de la Salud, enfatizó que la lucha contra COVID-19 debe colocar “a los derechos humanos en el centro de la respuesta a la crisis”, citando pandemias pasadas como la crisis del VIH / SIDA de hace dos décadas, como ejemplo: “A través de la crisis del SIDA / VIH, hubo una respuesta mundial al VIH que ha permitido que 25 millones de personas reciban un tratamiento contra el VIH que les salvó la vida para vivir una vida plena”, comparó.
“Sólo una acción política audaz y radical nos sacará de crisis como esta. Nada menos que eso puede funcionar”, concluyó Byanyima.
El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también exhortó a los países a evitar el “nacionalismo de las vacunas” y pidió una distribución equitativa de las vacunas COVID-19, una vez que estén disponibles.
“Permítanme ser claro, el nacionalismo de las vacunas prolongará la pandemia, no la acortará. Repetiré: la mejor manera de hacerlo es vacunar a algunas personas en todos los países, en lugar de a todas las personas en algunos países”, avisó Tedros durante la jornada de clausura de la Cumbre Mundial de la Salud.
“Es natural que los países quieran proteger a sus propios ciudadanos primero. Pero siempre que tengamos una vacuna eficaz, también debemos utilizarla de forma eficaz. Y la mejor manera de hacerlo es vacunar a algunas personas en todos los países en lugar de a todas las personas en algunos países”, agregó el director de la OMS.
“Necesitamos aprovechar la oportunidad para retroalimentar lo que hemos aprendido a través de ACT Accelerator”, propuso Peter Sands, director ejecutivo del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria.
ACT Accelerator es un programa de colaboración establecido por la OMS para brindar acceso equitativo a las pruebas y vacunas COVID-19 a nivel mundial.
Sands agregó que los países deben trabajar juntos para “garantizar que estos cambios no sean un destello en la sartén” y para “convertir la lucha contra COVID-19 en un momento para repensar el papel de la salud en la sociedad y la economía”.
En la declaración final de la cumbre, los principales institutos de investigación en salud pidieron exenciones de patentes y alivio de la deuda social y económica de la pos pandemia.
Suerie Moon, codirectora del Global Health Center del Instituto de Graduados de Ginebra y ex directora de campañas de Médicos sin Fronteras, afirmó que “dadas que las disparidades socioeconómicas, raciales y étnicas ya están siendo exacerbadas por la pandemia escala mundial, una distribución más equitativa de vacunas será aún más crítica”.
“Para [garantizar el acceso equitativo] es necesario que varios países, en particular los que son ricos y los que tienen la capacidad de producción, se abstengan de intentar consumir más vacunas de las que les corresponden”, afirmó Moon, señalando que Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Japón y la Unión Europea ya tendrían cada uno el acceso asegurado a una canasta de vacunas que proporcionaría un volumen suficiente para cubrir el 100% de sus poblaciones, aunque todavía es incierto qué vacunas resultarán seguras y efectivas.
Suerie Moon analizó que el programa COVAX copatrocinado por la Alianza de Vacunas GAVI y la OMS, “es una expresión positiva del multilateralismo, que genera compromisos firmes para realizar compras a través del grupo de más de 171 países que representan el 90% de la población mundial”.
Pero al mismo tiempo, la codirectora del Global Health Center advirtió que “no tiene sentido que todos luchen por un pastel pequeño”, porque “eso no va a satisfacer las necesidades de nadie”.
“Así que creo que además del dinero sobre la mesa, además de la asignación justa, los marcos de asignación equitativa, tenemos que hacer ese pastel más grande. Necesitamos que los comensales más grandes de la mesa esperen, hasta que todos hayan comido un bocado“, reclamó durante la jornada de clausura de la Cumbre Mundial de la Salud.
La cumbre de este año contó con 310 oradores y atrajo a más de 6.000 participantes de más de 100 países, pese a que fue imposible organizar los debates presenciales en su sede habitual en Berlín y fueron trasladados a una plataforma virtual como resultado de la pandemia de COVID-19.
Germán Velásquez, experto en PI, Asesor Especial en Políticas y Salud de South Centre y ex funcionario de la OMS, por el contrario, afirmó que “COVAX es parte del problema y los Estados se han dejado engañar”.
COVAX “no fue creado dentro de la OMS sino que fue fundado por fuera de la OMS y el protagonista es Bill Gates vía GAVI”, afirmó Velásquez y remarcó que “estamos pagando por anticipado por una vacuna que no existe y sin la certeza de si vamos a tener acceso a esa vacuna”.
Además, “COVAX no puede imponer reglas obligatorias a fabricantes sobre distribución de vacunas por región”, reforzó Velásquez.
El experto colombiano en una cruda imputación afirmó que los fabricantes de vacunas (y la OMS por omisión o complicidad) “hicieron terrorismo para convencernos de que aquellos países que se queden afuera de COVAX se quedarán sin vacunas”.
Durante el V Congreso Latino Americano y del Caribe de Salud Global, Velásquez cuestionó que la OMS se ha convertido “en una agencia privatizada y si dejamos entrar al sector privado hay que poner reglas muy claras para evitar los conflictos de intereses”.
“La tragedia actual de muchas decisiones como COVAX es que están siendo manejadas por la industria de vacunas y los países tienen poca capacidad de modificar esas decisiones”, alertó.
Pero la privatización no es un fenómeno reciente, pues Velásquez recordó que el proceso comenzó con la gestión de la noruega Harlem Brundtland, directora de la OMS entre 1998 y 2003, que introdujo “una reforma que fue un revolcón terrible calificada como de muy neoliberal y que le abrió la puerta al sector privado”.
Harlem Brundtland “en su discurso inaugural dijo que había que salir a buscar al sector privado y lo encontró pues el 80 por ciento de las contribuciones de la OMS proceden de seis o siete países más la Fundación Gates, que será el primer contribuyente si se concreta la salida de Estados Unidos”, reseñó Velásquez, ex funcionario de la OMS que atravesó las reformas desde adentro de la organización.
La reforma se consolidó durante el mandato de Margaret Chan (2007-2017 “que dio la bendición de que la OMS no era ya una agencia pública y podía recibir donaciones e hizo una reforma para ser reelecta, pero fue una reforma desarticulada”.
“El conflicto de intereses para Chan era llenar un formulario y con eso se podía participar de las asambleas, aún si era el principal accionista de Novartis o Pfizer, pues alcanzaba solo con llenar ese formulario”, explicó Velásquez, al recordar su paso por la OMS.
Velásquez aclaró que “he sido muy crítico de la OMS pero desde febrero no la he criticado porque me parece una irresponsabilidad en la situación que estamos viviendo”.
A diferencia de los argumentos escuchados en la Cumbre Mundial de la Salud, Velásquez recordó que “los primeros retrovirales que aparecieron en el año 2000 fueron comercializados en Estados Unidos, pero a Africa y América Latina llegaron recién en 2003 o 2004”.
Francisco Rossi de la Fundacion IFARMA de Colombia, advirtió que “no vamos a conseguir las vacunas suficientes porque el secretismo es el principal enemigo para alcanzar una vacuna rápida, pero se aplica para poder patentar”.
Rossi cuestionó “el modelo de innovación basado en propiedad intelectual que sectoriza las respuestas” y alertó que “se nos vende, se nos impone, una manera de analizar lo que estamos viviendo y lo que nos espera”.
El experto de IFARMA y referente de la RedLam también fustigó el “filantrópico capitalismo de GAVI y COVAX” y en cambio reivindicó la propuesta de Costa Rica de formar un fondo común de licencias obligatorias “pero fue ninguneada, quedó atrás y ni siquiera los países latinoamericanos nos respaldaron”, lamentó.
Marta Cavallero, diplomática mexicana y Directora de Cooperación Internacional de la Secretaría de Salud de México, durante el Congreso Latino Americano y del Caribe, analizó que la pandemia “puso en evidencia de forma muy cruda las debilidades y desajustes de la gobernanza internacional en salud”.
“Se compite por insumos y en esa competencia también se desgasta a los equipos técnicos y eso debilita aún más la gobernanza”, advirtió la mexicana, proponiendo “agendas de trabajo claras y abiertas al dialogo para alcanzar metas comunes”.