EL MECANISMO COVAX CARECE DE SOLIDARIDAD, PERO AMÉRICA LATINA TAMPOCO EXPUSO COOPERACIÓN REGIONAL, AFIRMAN SOUTH CENTRE Y MÉDICOS SIN FRONTERAS

Visto: 1195

El mecanismo COVAX auspiciado por la OMS demostró “la falta de solidaridad” en la distribución de las vacunas porque las naciones ricas convirtieron “una idea hermosa” en una “pesadilla”, evaluaron expertos y organismos de la sociedad civil.

Pero, también América Latina reprodujo hacia adentro de su espacio las falencias adjudicadas a COVAX, pues la carrera por conseguir vacunas desató una competencia regional y pospuso la coordinación entre los países, lamentó Viviana Muñoz, coordinadora del programa de Salud y Propiedad intelectual de la organización intergubernamental South Centre.

Muñoz afirmó que COVAX “demuestra claramente la falta de solidaridad, en particular de los países desarrollados” en la distribución de las vacunas y ha quedado lejos aquella formulación de los organismos internacionales al comienzo de la pandemia de que las vacunas serían “un bien público global disponible para todos”.

Muñoz explicó que se esperaba de los fabricantes de vacunas que dieran prioridad a COVAX para que a su vez distribuyera equitativamente, calculando un piso del 20 por ciento de la población de cada país para priorizar en primera línea el personal sanitario y la población de riesgo.

Pero el mecanismo quedó relegado y afronta dificultades para cumplir con sus objetivos “debido a las compras unilaterales de loa países que acapararon la oferte de vacunas globales”, explicó Muñoz durante el “Seminario Cooperación Sur-Sur, Diplomacia de la Salud y pandemia”, organizado por la Fundación FioCruz de Brasil.

América Latina tampoco pudo beneficiarse de los precios bajos que podría haberse asegurado a través del mecanismo COVAX, explicó la colombiana Muñoz, residente desde hace mucho tiempo en Ginebra, sede de South Centre.

No solo América Latina quedó postergada en COVAX, sino que además “ha estado relegada en el concierto internacional de compras de vacunas”, explicó Muñoz.

Este papel secundario no ha sido solo responsabilidad de la hegemonía de los países desarrollados, sino también y en especial de la falta de coordinación y complementación de los países latinoamericanos, una “especificidad” que Muñoz analizó con una mirada crítica.

“Los países latinoamericanos podrían haber discutido mas y compartir el intercambio de información para mejorar las negociaciones con los productores de vacunas”, lamentó Muñoz.

Por el contrario, “los esfuerzos fueron aislados e insuficientes y faltó coordinación entre los ministerios de Salud” de los países de la región.

Muñoz describió una realidad para explicar esa falta de coordinación: “está claro que hay un retroceso a nivel regional y eso produjo un deterioro en la coordinación de las políticas de salud pública de los países latinoamericanos”.

América Latina en el último lustro “perdió lo que había ganado en salud como el Instituto Sul-Americano de Governo em Saúde (ISAGS) que estaba haciendo importantes trabajos sobre los altos precios de los medicamentos en la región y con la compra conjunta de medicamentos para bajar el gasto de la salud pública”, evocó sobre ese organismo con sede en Río de Janeiro que desapareció junto con UNASUR.

Por el contrario, “no vemos espacios de coordinación en la región y también la falta de posiciones comunes en la ONU, la OMS y la OMC, pues América Latina y el Caribe no apoyaron en común la propuesta de exención de patentes” de India/Sudáfrica. Por ejemplo, Muñoz mencionó que Brasil al comienzo se posicionó en contra y Chile adoptó una posición errática.

 Tampoco hubo desde la región “negociaciones conjuntas para la compra de vacunas, sino negociaciones unilaterales y falta de transparencia en los diferentes acuerdos entre paises y productores de vacunas”.

“El intercambio de información hubiese mejorado la capacidad de negociación de los paises latinoamericanos” con los pocos fabricantes de vacunas disponibles en el mercado, subrayó la directora de South Centre.

Muñoz vislumbró que en la pospandemia, las prioridades en salud pública para los países latinoamericanos deberían orientarse hacia “la producción local de medicamentos y la transparencia en los proceso de compras” y pronosticó que “la región tendría más liderazgo (en el contexto mundial) si hubiese más cooperación”.

Enlace Seminario Cooperación Sur-Sur Diplomacia de la Salud y Pandemia https://www.youtube.com/watch?v=7jSW836fLag

AMARGO COMENTARIO DE MÉDICOS SIN FRONTERAS

Médicos Sin Fronteras (MSF) pidió un "cambio drástico de modelo" en el mecanismo de adquisición global COVAX "que se suponía que entregaría la equidad de la vacuna COVID-19".

“Actualmente, COVAX está muy atrasado en el logro de sus objetivos”, lamentó Katie Elder, asesora senior de políticas de vacunas de MSF.

Coincidentemente, Gavin Yamey, médico, investigador de vacunas y director del Center for Policy Impact in Global Health en la Universidad de Duke, afirmó que COVAX “fue una idea hermosa, nacida de la solidaridad”, pero “desafortunadamente, no sucedió ... Los países ricos se comportaron peor que las peores pesadillas de nadie”.

“COVAX tenía como objetivo proporcionar 2 mil millones de dosis para fines de 2021, pero hasta ahora solo ha distribuido 88 millones (la meta para fines de junio era distribuir alrededor de 337 millones). Menos de la mitad del uno por ciento de la población total de los países COVAX ha recibido al menos una primera dosis de vacuna a través de COVAX”, lamentó Elder.

Elder responsabilizó del fracaso al modelo estructural de la instalación COVAX, que se ha visto obligada a competir en el mercado abierto de vacunas COVID, que “a menudo seguían siendo subsidiadas por actores públicos y gubernamentales”.

“COVAX no fue creado para tener éxito”, fustigó la vocera de MSF. “Fue construido para funcionar dentro de los parámetros actuales del mercado farmacéutico, donde ves cuánto dinero puedes recaudar y luego ves qué puedes negociar con la industria por ello”.

"COVAX se quedó atrás cuando los gobiernos ricos aseguraron sus dosis a través de acuerdos bilaterales con una industria que actuó como se esperaba: vendiendo las dosis primero a los compradores que podían pagar más", agregó.

“Se ignoraron los fuertes llamamientos al comienzo de la pandemia para que (los laboratorios) se apartaran de un enfoque de negocios como siempre: las empresas farmacéuticas que desarrollaban vacunas recibieron miles de millones en dinero de los gobiernos sin ningún compromiso, por lo que pudieron cobrar los precios que eligieron y vender al mejor postor. Como era de esperar, esto llevó a los mismos gobiernos que habían promocionado la importancia de la equidad”, lamentó Elder.

La representante de MSF lamentó que GAVI (The Vaccine Alliance) administradora de COVAX, al “permitir a los países ricos tanta flexibilidad para decidir cómo se unen a COVAX y cuántas vacunas adquieren, ha provocado retrasos y socavado sus objetivos”.

Se supone que los compromisos masivos de los países ricos para un mayor intercambio de vacunas, asumidos en la reciente reunión del G-7, se canalizarán a través de COVAX.

Sin embargo, la mayoría de esas donaciones probablemente solo se realizarán en los últimos meses de 2021 o principios de 2022, lo que dejará el déficit actual durante el verano boreal, ya que África se enfrenta a otra ola de COVID.

Hasta la fecha, COVAX ha distribuido más de 20 millones de dosis a los países ricos y 80 millones de dosis a los países más pobres.

El resultado ha sido una situación legal incómoda para la instalación, que todavía debe proporcionar el 20% de sus dosis para los países de ingresos más altos, aunque la mayoría ya ha satisfecho sus necesidades de vacunas y ha acumulado aún más, en particular Canadá, que compró suficientes dosis de vacunas para inmunizar su población cuatro veces más.

"El hecho de no atraer a los países ricos para que se unan a COVAX en grandes cantidades ha dejado a los gerentes de la instalación en una situación incómoda", criticó recientemente la periodista de salud global Ann Anaiya Usher en The Lancet.

“Por un lado, no se unieron a COVAX suficientes participantes autofinanciados para darle el poder adquisitivo masivo que se esperaba. Por otro lado, a pesar de que COVAX está desesperadamente escaso de vacunas, la instalación ahora está obligada por contrato a reservar una de cada cinco dosis para alguno de los países ricos”, analizó la periodista.

Anaiya Usher criticó a GAVI por su configuración “ingenua” que no pudo anticipar el “nacionalismo de las vacunas” que ha bloqueado la mayoría de las dosis de vacunas disponibles.

“COVAX también debería haber diversificado su cartera anteriormente, en previsión de la escasez de suministro que paralizó la instalación después de que el Serum Institute de India detuviera las exportaciones de vacunas”, evaluó la periodista.

GAVI, como administradora de COVAX, “debería haberse anticipado la escasez de suministros y la provisión de esos suministros debería haberse incluido en el diseño de COVAX desde el principio”, coincidió Lawrence Gostin, especialista en derecho de salud pública de la Universidad de Georgetown.

Sin embargo, en declaraciones a Health Policy Watch, reconoció que es "literalmente imposible" aumentar el suministro de vacunas sin mayores inversiones en centros de fabricación en países de bajos ingresos, así como una amplia exención de los derechos de propiedad intelectual sobre las vacunas.

En su intento por lograr que los países ricos se inscribiesen en COVAX, GAVI permitió que eligieran qué vacunas recibirían, otro motivo también de críticas generalizadas por llevar a "dobles estándares", que aparentemente desafían el propósito mismo de la instalación.

"Si hubiéramos asegurado el financiamiento antes, entonces podríamos haber bloqueado las dosis antes", explicó un portavoz de GAVI a Health Policy Watch.

El portavoz de esa manera justificó que la mayoría de los fondos para adquirir y distribuir vacunas para los 92 países de ingresos bajos y medianos (PIBM) que se inscribieron en el esquema se prometieron a fines de diciembre o principios de 2021, cuando los países de ingresos altos ya habían comprado millones de dosis a través de pedidos anticipados de vacunas.  

Ese es un punto de vista compartido por algunos observadores independientes, así como por líderes de la industria, quienes sostienen que la instalación necesita de un ajuste fino para la próxima pandemia.

"Si COVAX hubiera tenido fondos tempranos, suficientes y fácilmente disponibles, habría sido más capaz de asegurar un suministro inmediato y suficiente para cumplir con su objetivo", evaluó el Panel Independiente para la Preparación Pandémica, que revisó la respuesta mundial a una pandemia, bajo el mandato de OMS.

De cara al futuro, lo que COVAX necesita es un "bote de dinero" para poder ordenar dosis de vacunas con anticipación en una emergencia de salud global, opinó Thomas Cueni, director general de la International Federation of Pharmaceutical Manufacturers & Associations (IFPMA), en una sesión de preguntas y respuestas reciente con Health Policy Watch.

Ese “bote de dinero” -sostuvo el directivo empresario- permitiría a la instalación global competir en un pie de igualdad con los países ricos en el mercado de las vacunas. 

Peter Hotez, un destacado científico de vacunas,, experto en enfermedades tropicales y decano de Baylor College of Medicine en Texas, concluyó que “creo que es importante que no vendamos COVAX a corto plazo. Todavía tiene mucho que ofrecer y es innovador en su diseño. Pero necesita más vacunas para compartir".