El mercado de medicamentos atraviesa una etapa de intensos cambios en Argentina y América Latina, marcada por tensiones económicas, innovación tecnológica y una creciente necesidad de evidencia para la toma de decisiones. Esta fue una de las principales conclusiones de la Mesa 3 de las 22ª Jornada Federal y 21ª Internacional de Política, Economía y Gestión de Medicamentos y de las 11° Jornadas Profesionales Farmacéuticas, organizadas por FEFARA en Potrero de los Funes, San Luis.

Bajo la coordinación de Natalia R. Rodríguez, Vicepresidenta 2da. de FEFARA, los expertos abordaron la morfología actual del mercado, su funcionamiento, y los resultados que comienza a mostrar una industria en proceso de transformación.

Perspectivas positivas, pero con desafíos estructurales

Para Juan Manuel Navia Barrera (IQVIA), la región muestra signos alentadores. “Las perspectivas para el mercado argentino son buenas en el corto plazo”, afirmó, basándose en datos que reflejan una recuperación en la demanda y una estabilización paulatina en algunos indicadores clave.

Cambio de paradigma: macroeconomía, presión financiera y digitalización

Sin embargo, Juan Manuel Santamarina (Farmalink) advirtió que el sector está experimentando un cambio de paradigma, impulsado por cuatro grandes fuerzas: la transformación macroeconómica, la creciente presión sobre los financiadores, la desregulación progresiva y el avance de la digitalización en la cadena de consumo. Estos factores están modificando profundamente la forma en que se produce, distribuye y accede a los medicamentos en el país.

La dimensión económica fue central en la intervención de Alejandro Sonis (Dirección de Economía de la Salud del Ministerio de Salud). Su equipo trabaja en la construcción de un tablero comparativo de precios internacionales para medicamentos, con el objetivo de generar evidencia que oriente políticas públicas. “También buscamos replicar esa comparación a nivel nacional, entre diferentes organismos que compran medicamentos”, explicó, en un intento de fomentar eficiencia y transparencia en las compras estatales.

Por su parte, Virgilio Petrungaro (CONETEC) abordó un aspecto clave del sistema: la incorporación de tecnologías sanitarias. Si bien su impacto en la salud es innegable, también representan una carga creciente para los financiadores del sistema. “La evaluación de tecnologías es crucial para decidir qué incorporar y con qué criterios. Debemos analizar no solo su eficacia, sino el valor agregado frente a las opciones ya disponibles y su costo”, señaló.

La mesa dejó en claro que el mercado de medicamentos no es un sistema aislado, sino un entramado que involucra economía, salud pública, innovación y regulación. Frente a la tensión entre acceso, sostenibilidad y calidad, los especialistas coinciden: solo con información sólida, criterios técnicos y voluntad política se podrá sostener un sistema que garantice el derecho a la salud sin poner en jaque su viabilidad.