TRAGEDIA: NUEVA CRISIS SANITARIA REAVIVA DUDAS SOBRE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA INDIA
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Una nueva tragedia infantil en India ha vuelto a encender las alarmas internacionales sobre la seguridad de los medicamentos producidos en ese país. Esta vez, al menos 14 niños han muerto tras consumir un jarabe para la tos contaminado, fabricado por la empresa Sresan Pharma en el estado sureño de Tamil Nadu. Las muestras del producto contenían niveles peligrosamente altos de dietilenglicol, un solvente tóxico con usos industriales, no médicos.
Este episodio no solo ha desencadenado acciones legales inmediatas, sino que también ha colocado nuevamente en la mira a la poderosa industria farmacéutica india, uno de los mayores exportadores de medicamentos genéricos del planeta. Conocida por su volumen de producción y su papel clave en el abaratamiento de fármacos a nivel global, la reputación de este sector se ve sacudida por una serie de escándalos sanitarios que no han dejado de acumularse en los últimos años.
Desde 2022, jarabes indios han sido relacionados con la muerte de decenas de niños en Gambia, Uzbekistán, Camerún e incluso Irak. En varios de esos casos, los análisis revelaron la presencia de dietilenglicol o etilenglicol, compuestos químicos altamente tóxicos para el consumo humano. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido repetidas advertencias sobre productos farmacéuticos fabricados en India, mientras que el gobierno indio ha reaccionado con defensas públicas, regulaciones puntuales y medidas fragmentarias.
El incidente más reciente involucra al jarabe "Coldrif", distribuido en el estado central de Madhya Pradesh, donde se ha confirmado que una de sus partidas contenía más de 460 veces el límite permitido de dietilenglicol. Las autoridades locales han prohibido su venta y han iniciado procesos penales contra Sresan Pharma, incluyendo cargos por homicidio culposo y violaciones graves a la legislación sobre medicamentos. Otros estados como Kerala, Tamil Nadu y Telangana también han restringido su distribución o emitido alertas sanitarias.
India produce aproximadamente el 20% de los medicamentos genéricos que se consumen globalmente. Su industria farmacéutica se ubica como la tercera del mundo en volumen de producción, y suministra una parte sustancial de los fármacos que se utilizan en África, América Latina y países desarrollados como Estados Unidos y Reino Unido. Sin embargo, la acumulación de casos letales vinculados a productos contaminados pone en entredicho no solo los controles de calidad, sino también la cultura regulatoria y ética del sector.
Mientras el país se posiciona como un actor estratégico en la distribución de medicamentos asequibles a nivel mundial, se intensifican las voces que piden una revisión profunda de los mecanismos de vigilancia sanitaria y responsabilidad empresarial dentro de su industria farmacéutica. La pregunta que vuelve a surgir es incómoda pero urgente: ¿puede el mundo confiar en la “farmacia del planeta”?