Tiempos difíciles para el nuevo convenio PAMI

Visto: 903

El titular del PAMI, Carlos Regazzoni, entregó una propuesta a la industria para renovar el Convenio PAMI que implica un nuevo ajuste mensual de alrededor de 300 millones de pesos. O lo toman o lo dejan, fue básicamente el mensaje. Además, avanza el proyecto de compra conjunta de medicamentos desde el Estado.

Carlos Regazzoni la semana pasada colocó sobre la mesa el borrador del nuevo Convenio Pami, cuya renovación espera concretar antes de fin de mes. La oferta es de 2.400 millones de pesos mensuales, más de los 1.800 millones que comenzó a pagar a mitad de año. Pero por debajo de los 2.700 millones que pidió la industria.

“Se tienen que arreglar con esta cifra”, fue el mensaje de Regazzoni. Las cámaras empresarias advirtieron que con ese dinero lejos estarán de seguir ofreciendo la cobertura en medicamentos que actualmente proporcionan a los afiliados al PAMI.   

Regazzoni expuso además dos temas que jaquean el Convenio PAMI: el precio de los nuevos medicamentos oncológicos y el gasto en insulina.

Sobre los nuevos medicamentos oncológicos y de alto costo, hay otros organismos como la Superintendencia de Servicios de Salud y la Secretaría de Comercio que están trabajando en el tema. Se viene una movida fuerte, antes de fin de año o comienzos del próximo.

Sobre las insulinas, Regazzoni consideró una “barbaridad” que el PAMI destine el 19 por ciento de su presupuesto a la cobertura de esta prestación.

Quizás Regazzoni no sabía o quizás sí cuando introdujo el tema, que el senador Bernie Sanders presentó en Estados Unidos una denuncia por presunta colusión de precios de las insulinas ante el Departamento de Justicia y la Federal Trade Commission, que involucra a Eli Lilly, Novo Nordisk y Sanofi (ver nota de Pharmabaires publicada hace dos semanas).         

Al techo presupuestario impuesto por Regazzoni, los voceros empresarios respondieron que si el PAMI “paga menos tendrá menos cobertura” y le advirtieron que “vamos a tener problemas con las farmacias”.

La Confederación Farmacéutica COFA a su vez confirmó que la deuda del PAMI sigue siendo de alrededor de dos mil millones de pesos, que la industria no realiza más adelantos y que hay problemas de cobertura –debido a los atrasos- en el sur de la provincia de Buenos Aires –con epicentro en Bahía Blanca y algunas regiones patagónicas.

La industria también recibió “preocupada” la noticia de que avanza un proyecto de compra conjunta de medicamentos, como anunció el titular de la SSS, Luis Scervino, al diario La Nación. En realidad, el funcionario ya había expuesto su proyecto cuando a mediados de año participó del Congreso Internacional de Farmacias en el Hotel Hilton.

El proyecto de compras conjuntas de medicamentos es alentado desde la Jefatura de Gabinete e involucra desde el PAMI al IOMA, confirmaron voceros de la Secretaría de Comercio, que participa de la iniciativa.

La intención de Scervino es dar un paso más y que además del Estado también participen de las compras conjuntas las obras sociales que actualmente pagan precios muy dispares.

El interrogante es que ha pasado desde la gestión de Héctor Capaccioli,  el primer titular de la SSS durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando por primera vez se comenzó a reunir a los directores médicos de las obras sociales para avanzar en compras conjuntas. Y nunca prosperó.

Scervino parece decidido a desembarcar esta vez en las playas de Normandía y asegura que “acá hay medicamentos que tienen precios mayores que en países de Europa o de mayor ingreso per cápita”.

Scervino explicó a La Nación que “no tiene sentido discutir congelar o bajar precios cuando aún no se tiene una buena referencia sobre cuánto más caros, o no, están los remedios en el país con respecto a otros mercados”.

"Para que haya una discusión en serio, lo que queremos es que no se gaste de más y veamos cuál es el precio de accesibilidad de los medicamentos en Europa, donde hay precio más social, y de algunos países de América, donde también salen menos que acá", afirmó Scervino.

Mientras tanto, la realidad del Convenio Pami golpea a los laboratorios pequeños y medianos con menos “espaldas” para afrontar los ajustes.