EL POLO FARMACEUTICO DE LA ZONA SUR TOMA IMPETU Y ACELERA OBRAS ESTRUCTURALES

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El Polo Farmacéutico de la Zona Sur ha dejado de ser un descampado de tierra yerma para los ojos desprevenidos del transeúnte ocasional y comienza a esbozar su diseño futuro con el avance de las obras.  Camiones, palas mecánicas y motoniveladoras transitan diariamente por el interior de ese predio que ahora sí va tomando la forma primigenia del  complejo industrial que dentro de dos años generará dos mil puestos de trabajo.

 


Las obras avanzan y en la actualidad está en proceso el asfaltado de las calles internas y transversales, además de la cinta asfáltica que corre paralela a las vías del Ferrocarril Metropolitanos y que funcionará como arteria perimetral, una vez que esté en funcionamiento pleno del parque industrial construido por 13 laboratorios asociados a  Cooperala.

Ya comenzó una de las obras más complejas que requiere el Polo Farmacéutico para su funcionamiento como es la conexión a la red cloacal, al  mismo tiempo que también se avanza en la conexión del servicio de agua corriente.   

La construcción de la red cloacal  requiere de una tunelera que recorrerá 2.600 metros por debajo de la Avenida Fernández de la Cruz y bordeará el Hiper Jumbo hasta alcanzar el desagüe troncal en Avenida Roca.
Los trabajos no afectarán a los vecinos de la zona ni complicarán el tránsito ya que están a cargo de empresas con vasta experiencia en la construcción de obras públicas.

El ritmo de las obras avanza tal como estaba planificado y para antes de fin de año se habrán completado las obras de servicios e infraestructura del Polo Farmacéutico, ratificaron los voceros de Cooperala y  de la UTE integrada por los laboratorios asociados al proyecto.

Una vez finalizadas las obras de infraestructura, cada laboratorio comenzará a levantar sus fábricas y se calcula que en conjunto generarán alrededor de dos mil fuentes trabajo que beneficiarán especialmente a los vecinos de la Comuna 8 de  Soldati y Lugano.

Valorización inmobiliaria, más seguridad y parte de los puestos de trabajo que se generen, serán los beneficios para los habitantes de la Comuna 8 del emprendimiento compartido por las 13 empresas farmacéuticas,  en su mayoría pequeñas y medianas compañías de capital nacional, que apuestan al desarrollo tecnológico.

El Polo Farmacéutico se levanta en un polígono de 13 hectáreas , otrora potrero de tierra baja e inundable ubicado entre las Avenidas Escalada, Francisco Fernández de la Cruz y las vías del Ferrocarril Metropolitanos (ex General Belgrano).

El emprendimiento “ya impacta favorablemente en la generación de trabajo y seguridad”, destacó el arquitecto Pablo Díaz Usandivaras,  coordinador de la UTE que integran los laboratorios y a cargo de supervisar diariamente las obras dentro del predio.   

La incorporación de personal se irá incrementando paulatinamente a partir del año venidero cuando los laboratorios aceleren la construcción de sus plantas industriales y alcanzará su nivel máximo de requerimiento de profesionales y operarios para 2014, cuando comenzará a funcionar a pleno.

“El Polo Farmacéutico aportará empleo de trabajo y desarrollará la actividad inmobiliaria y comercial de la zona con la prestación de servicios. Además, la presencia de seguridad privada dentro del predio  y la iluminación de los espacios adyacentes que ya estamos instalando mejorarán la seguridad en toda la zona en beneficio de los vecinos”, explicó Díaz Usandivaras.

La superficie utilizable  del predio es de 123 mil metros cuadrados repartidos en tres manzanas y se construirán 260 mil metros cuadrados. Ningún edificio podrá superar los 17,5 metros de altura que es el máximo admitido por el Código Edilicio para el barrio de Soldati, es decir el equivalente a cinco pisos de un edificio de departamentos.

Los laboratorios que comparten el proyecto ocupan terrenos que oscilan de  4 mil a 30 mil metros cuadrados cada uno. Montpellier, el laboratorio que más ha avanzado en la construcción de cimientos, se ha reservado un espacio vital de 31 mil metros cuadrados.

Otros 14 mil metros cuadrados son para Pablo Cassará. El laboratorio LKM ocupa 12 mil, Therabel Pharma 10 mil y  Panalab Argentina construye sobre 8.600 metros cuadrados .

Laboratorios Mar se instaló sobre 6.700 metros cuadrados , GP Pharma y Laboratorios Penn se reparten 6.600 metros cuadrados cada uno, Aristón, Caillon/Spedrog y H Medical compartirán 6.500 metros cuadrados , Omicron instalará su planta sobre 5.200 metros cuadrados  y Laboratorios Domínguez  planificó su  futura y moderna planta sobre una superficie de 4.300 metros cuadrados .

Todos son asociados de Cooperala, la cámara de los medianos y pequeños laboratorios que impulsa el proyecto desde 2005. Comparten, en su mayoría, una tradición familiar dedicada a la industria farmacéutica.

El predio incluye dos zonas compartidas por todos los laboratorios radicados. La zona de uso común ubicada en el ángulo entre Ferrocarril Metropolitanos y Fernández de la Cruz ha sido  reservada a los estacionamientos. Además, por debajo cruza el entubamiento del arroyo Cildañez y es imposible construir. La otra zona común en el extremo opuesto, está reservada para la plata de bombeo cloacal. Ambas zonas comunes ocupan cinco mil metros cuadrados.

El Polo Farmacéutico Buenos Aires fue creado por Ley 1768 sancionada el 11 de agosto de 2005 pero su construcción se demoró en el tiempo, debido a que hubo que convocar a estudios ambientales y a audiencias públicas con los vecinos de Soldati.

“Se convocaron dos audiencias públicas y hubo que convencer a los vecinos que no era una industria contaminante. La industria farmacéutica no es contaminante a diferencia de la química”, explicaron voceros de Cooperala. 

El mayor escollo que demoró hasta noviembre del año pasado el inicio de las obras fue conseguir la aprobación de los servicios públicos de gas, agua, electricidad.  Por ejemplo, Aysa, recién en abril del corriente año habilitó la red cloacal, que se construye por debajo de los desagües pluviales.   

El suministro de gas requiere de instalación de caños especiales en un tramo de dos mil metros y la electricidad que consumirá  el Polo Farmacéutico en plena producción será de 13 kw, o sea instalaciones adaptadas al transporte de alta tensión.

Además, otra de las exigencias del proyecto cuando fue aprobado en la Legislatura, impone que cada laboratorio deberá tener su planta de tratamientos de líquidos y efluentes y que cada uno será responsable de descontaminar, antes de descargar en la red cloacal.

Si algo faltara, también existe la decisión  de plantar cinco árboles por cada uno que fue talado para poder construir. Y fueron veinte, los que fueron removidos dentro del predio.
     
“La idea del polo ha sido aglutinar a la industria manufacturera en un mismo predio para relocalizar las empresas que se encuentran en áreas o bien  residenciales o densamente pobladas de la Ciudad de Buenos Aires, asociadas a áreas de investigación”,  explicaron fuentes de Cooperala.

Además, el complejo industrial y tecnológico generará servicios y negocios anexos, ya que albergará una pequeña “población” que requerirá de alimentos elaborados, remiserías, motociclistas para entregas puerta a puerta, limpieza, seguridad y otras prestaciones básicas, que surgirán de la zona de Lugano y Soldati.